mares de incendios estallando verticales
sangre de orquídea rota en su mano desgajada
tú corres y corres sólo tú
desenlace de greda en sinfonía
encadenada de inconclusa
sólo tú saltaste de miel despeñadero
como un águila enmanzanada de oro
tigres y leones recorriéndonos
con sus garras de noche
un oboe triste cantando
inundando
la brutal laguna de la ausencia
tu bocagavilán abre sus alas
y abraza el mundo
mi mundo
vibrando de zarzas y abedules
vibrando en la garganta de mis ojos muertos
viéndote abierta toda de mañanas
rasgándote las vestiduras
descorazonando el tiempo con tus dientes
saltando en heróico grito de clarines
amedrentando su boca de carroña
el ojonoche del siniestro cuervo
mi ojoataúd con el silencio temblándole en las manos
pudo verte
llenando mi muerte con tu propia vida
soportando el mazo de cascada con tu espalda
erguida de venas
silensiosa de lunares
pudo verte pues para iluminarme basta tu sombra
porque todo entonces vuelve
a su cierto orden asimétrico
de escuadras
y allá entre la lluvia de aguijones
como un rayo te vi silenciosamente
levantando con mis llagas en tus hombros
un golondrino estandarte de
violeta s
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