De días perdidos.
Es tan simple, se resume en día tras día, lo mismo, lo de siempre, llegar al mismo lugar y sentir lo mismo.
Son días planos, que pasan sin ser vistos, horas, minutos y segundos corren sobre mí.
El tiempo persigue constante, sin tregua, sin marcha atrás.
La mirada sigue perdida, en el mismo espacio vacío, sin variables, sólo encuentra la distancia que da vida y también marchita al alma.
Se me escapan las soluciones, ya no quiero ver la hora, han pasado apenas diez minutos, como soñando, degustando cada segundo amargo, respirando el tiempo en la hoja, repasando cada línea.
El metrónomo, mi palpitación, respiro una, otra vez...
Es esta la compañera eterna, etérea, la luna llega, ahora estoy en paz.
Es tan simple, se resume en día tras día, lo mismo, lo de siempre, llegar al mismo lugar y sentir lo mismo.
Son días planos, que pasan sin ser vistos, horas, minutos y segundos corren sobre mí.
El tiempo persigue constante, sin tregua, sin marcha atrás.
La mirada sigue perdida, en el mismo espacio vacío, sin variables, sólo encuentra la distancia que da vida y también marchita al alma.
Se me escapan las soluciones, ya no quiero ver la hora, han pasado apenas diez minutos, como soñando, degustando cada segundo amargo, respirando el tiempo en la hoja, repasando cada línea.
El metrónomo, mi palpitación, respiro una, otra vez...
Es esta la compañera eterna, etérea, la luna llega, ahora estoy en paz.
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